Mi experiencia en el Hospital Veterinario de la UT

¡Hola! mi nombre es Sabina, soy una gata criolla de 11 años que vive en la ciudad de Ibagué, y aunque los humanos creen que ser gato es muy fácil y todo es felicidad entre siestas y croquetas, no siempre es así, hace unos días me enfermé y estuve muy triste y no quería comer.

Con todo mi malestar y con lo que odio salir de casa, tomé un taxi y me dirigí a la Clínica Veterinaria de la Universidad del Tolima, porque a mis humanos les contaron que allá tenían un lugar especial para gatitos, y yo merezco la mejor atención. 

Sabina llegando a la instalaciones del Hospital Veterinario .

Llegué a unas instalaciones muy bonitas, rodeadas de naturaleza y pajaritos e insectos, y mejor me concentro. Al llegar hicimos el registro, y me senté en la sala de espera hasta que el vet Buriticá me llamó a su consultorio. 

Sabina en durante su tratamiento veterinario.

Me hicieron las revisiones de rutina y los sospechado era cierto, tenía mucha fiebre y estaba deshidratada por lo que tuve que ingresar a hospitalización. Para nosotros los gatos quedarnos fuera de nuestros dominios es una situación muy estresante pero la atención y el cuidado de todos los profesionales que trabajan en el Hospital Veterinario de la UT me hicieron sentir no tan lejos de casa.

De mi jaula podía pasar a un espacio pensado para nosotros los minimos, donde tenía espacios para esconderme, para trepar y para mis necesidades. Al cabo de dos días y gracias a todos los cuidados de los veterinarios pude volver a mi reino, sin malestar y con muchas ganas de molestar a mis humanos.

Calificación de Sabina al Hospital Veterinario de la UT.

Fuente: Tolima Buenos Días

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