Carlos Eduardo Cáceres, el ilusionista Tolimense que triunfo en Inglaterra

Muchos personajes ilustres han nacido en nuestro departamento, y aunque la mayoría de ellos son reconocidos a nivel nacional, algunos otros quizás pasaron desapercibidos, como Carlos Eduardo Cáceres, el niño de Ambalema que impresiono a Inglaterra como ilusionista, una historia poco conocida pero que hoy en Tolima Buenos días, podrás conocer.

Carlos Eduardo nació el 16 de septiembre de 1916, en este pueblo del norte del Tolima, que se caracteriza por sus mil y un columnas que, aunque chuecas son firmes y que han atraído centenares de turistas a conocer no solo este atractivo sino el ´pueblo en su totalidad.

De la infancia de Carlos se sabe que era un niño ingenioso e inquieto, que ayudaba a cargar las maletas de quienes llegaban al pueblo por el Río Magdalena, vendía dulces y periódicos y el dinero que ganaba se lo daba a su madre, una humilde mujer que sobrevivía de planchar ropa a pedidos con una plancha de carbón.

De pequeño soñaba con poder montarse en un barco, tal era su afán por poder hacerlo que un día cuando Carlos tenía entre 12 y 13 años, sin decirle a nadie se subió escondido a uno de ellos y emprendió su aventura, el problema llegó cuando el barco llegó a barranquilla y lo encuentran, no podía seguir ya que ¡quien podría responder por el?

En ese momento, un hombre llamado Charles Lember, un mago inglés que estaba dando unas funciones por el Caribe y que llego a Barranquilla por casualidad, se hizo cargo de él.

Charles Lember, el hombre que acogió a Carlos y lo crió como su hijo

Lember se lleva al joven para Inglaterra, donde lo educa, lo bautiza, lo viste y comienza a transmitirle todo su conocimiento de ilusionista, y luego de un tiempo Charles busco a la Sra. Beatriz, mamá de Carlos Eduardo, y logró conseguir los documentos necesario para así convertirlo oficialmente en su hijo.

“Este señor le enseñó su arte, que era la magia, y lo convirtió en mago, lo adoptó como propio; de ahí que yo tenga el apellido Lember, y pues mi papá empezó sus correrías por todas partes, alcanzó a ser el secretario de la sociedad de magos y artistas del mundo” cuenta Patricia Lember, hija de Carlos, gestora cultural y artística de Ambalema.

A pesar de vivir en Inglaterra, Carlos nunca olvidó a su mamá, así que tiempo después regresó al pueblo, pero por su trabajo viajaba mucho y sus giras duraban varios meses o incluso años, hasta que en 1961, cuando su mamá murió, decidió quedarse en de manera definitiva en Ambalema, allí conoció a Beatriz, la que sería su esposa, con la que tuvo a Patricia, su niña consentida, aunque Patricia no fue su única hija, pues se cree que tuvo alrededor de nueve hijos más a lo largo de sus travesías por el mundo.

Su esposa cuenta que Carlos “heredo de su padre no solo el talento para la magia sino también su alcoholismo”, pues tomaba día y noche, y aunque en muchas ocasiones decía sentirse cansado con este problema, lo seguía haciendo y cuando no lo hacia su estado de ánimo baja inmediatamente.

Cuenta su esposa que el sabía que iba a morir pronto, y se apresuró a hacer los arreglos pertinentes para ello, como poder conseguir que le dieron un espacio en el terreno donde había sido enterrada su mamá y pedirle a un gran amigo suyo que no dejara de sacarle notas a la guitarra en el camino a su descanso eterno.

Carlos murió de un derrame cerebral el 19 de agosto de 1969.

Tumba de Carlos Lember

De Carlos Lember hay demasiados mitos, que tenía poderes sobrenaturales, que era un santo, incluso se corrió el rumor de que su cuerpo fue raptado por unos hombres vestidos de negro que se lo llevaron del cementerio horas después de su entierro, pero lo cierto es que este hombre sin ser muy reconocido mundial como otros magos o ilusionistas, logró hacer grandes cosas y poder no solo cumplir su sueño de viajar en Barco, sino llegar más allá de esto.

Tomado de: El Tiempo

Compartir en

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *