El Tolima posee muchos atractivos turísticos, muchos de ellos poco conocidos, hoy mostraremos uno de los más especiales para el departamento La ciudad perdida de Falan.
La ciudad está ubicada al norte del Tolima, muy cercana al municipio de Mariquita. La ciudad perdida en sus inicios era de dominio de las cortes españolas desde el siglo XVI cuando las avanzadas conquistadoras de los españoles entraban a la región, con el objetivo de crear algunas “ciudades fronteras” en donde se pudiera hacer un proceso de expansión de lo que se conoce como el Altiplano Cundiboyacense y poder seguir con la búsqueda para la explotación de posibles yacimientos de Oro y plata.
Para esta función se crearon dos ciudades san Bonifacio de las Lanzas en el año 1550 y San Sebastián de Mariquita en 1551, la ciudad perdida entonces surge como lugar de explotación de oro que sería constituido como el Real de Minas de Santa Ana perteneciente a la provincia de Mariquita.
Esta mina se estableció en la quebrada Morales ubicada a 900 Metros sobre el nivel del mar, esta tenía la particularidad poseer una gran orografía y múltiples caídas de agua, estas últimas proporcionaban condiciones apropiadas para poder hacer el lavado de los materiales y la construcción de molinos para el proceso de explotación.
Aquí surge el pueblo de santa Ana, población minera que estaba a cargo de personas particulares quienes estaban autorizados por España, esto hasta finales del siglo XVIII cuando la corona asumió el mando del poblado.
en los años posteriores, en los procesos independentistas, esta mina paso en concesión a los ingleses, esto como acuerdo por los acuerdos que hicieron con Inglaterra en el apoyo a la guerra. Esta presencia inglesa duro hasta el siglo XX.
Para el año 1930, la ciudad cambio el nombre por Falan en honor a su hijo más ilustre, el poeta Diego Fallón Carrión.
Actualmente las ruinas de la ciudad perdida hacen parte de un sendero ecológico, que inicia cerca del casco urbano de Falan alrededor de las caídas de agua de la quebrada. Además de lo ecológico, este sendero también pretende mostrar más allá de los vestigios materiales de carácter patrimonial, radica en el testimonio de la presencia de tecnología e ideas científicas enfocadas a la extracción minera en territorios colombianos desde el siglo XVII.
