Bizcochuelo del Tolima: herencia gastronómica de la región

Cada región del país tiene en su cocina un plato o alimento que lo identifica, que es como su marca registrada, que, si vamos allá, muy seguramente querremos probarlo, y el Tolima tiene varios, muchos de ellos ya conocidos por nosotros y por los colombianos, como por ejemplo el Tamal, la Lechona, Las achiras, etc. Pero hoy conoceremos uno que se conoce, pero del que poco se ha hablado El Bizcochuelo, y para escucharemos las voces de aquellos que lo han fabricado y a los que se les ha transmitido la receta de generación en generación.

Ana Victoria Loaiza de 88 años es una de esas personas que conoce muy bien la receta de los bizcochuelos, esta mujer tuvo la receta de manos de su madre y ahora pasa su conocimiento a la Sra. Orfilia Lozano, quien también sabe hacer muchos de los platos típicos del departamento como por ejemplo la Lechona asada, el Tamal, la chicha, entre otros.

Es todos estos platos típicos, está impresa la herencia de la tradición campesina, que para la Sra. Orfilia, se ha ido perdiendo poco a poco, pues como afirma ella misma este producto ya se vende solo en las carreteras y se dejó de fabricar en los hogares. Además de eso, afirma que esta tradición ha pasado de familia en familia, pero que sobretodo quienes han llevado esta tradición en sus manos son las mujeres.

Según Doña Orfilia, la preparación del bizcochuelo está determinado no solo por los ingredientes que van al horno a la hora de la preparación, sino también el estado del ánimo y el ambiente de la persona que los introduce y una de las recomendaciones más importantes para la preparación de este alimento es que nadie más, aparte de quien lo está preparando, puede “meter la mano”.

Otras recomendaciones que hay que tener en cuenta para el bizcochuelo, es que se debe preparar con achira y no con maicena, para que la textura sea más suave y quien lo está consumiendo no pase un mal rato, que los huevos deben ser criollos y que la gallina no debe ser alimentada de manera artificial (es decir que no consuman químicos), después se mezclan los huevos y se le agrega la ralladura de limón y aguardiente, ya con la mezcla preparada se va colocando en unos moldes engrasados con mantequilla para que la mezcla no se adhiera al molde, se introducen los moldes en el horno que no esté ni muy caliente ni muy frio por alrededor de 15 minutos para que quede con una textura esponjosa y suave.

Por tradición, el bizcochuelo va de la mano con el aguardiente, por ejemplo, la señora Loaiza acostumbra a servir un trago de aguardiente decir: ¡viva San Juan! Y tomárselo, bajándolo con un bizcochuelo.

Este “pasabocas” tradicional es tradicional en las fiestas de fin de año, como también es tradicional para esas fechas llegar a una casa y recibir a la persona con un trago de aguardiente y un delicioso bizcochuelo.

Para doña Orfilia Lozano, esta tradición se remonta a los indígenas y que no se puede dejar acabar esta tradición, puesto que cada vez más nuestro país se llena de centros urbanos y las tradiciones de los ancestros se van perdiendo poco a poco. Afirma que cuando aprendió de su suegra esta preparación, ella le dio una frase que le marco su vida: “Mija, aprenda porque usted sabe que uno se muere y esto es lo que a usted le va a quedar”.

Tomado de: Radio Nacional de Colombia

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