El proyecto es liderado por la Corporación Autónoma Regional del Valle del Cauca, la Corporación Autónoma Regional del Tolima y el Fondo del Agua por la Vida y la Sostenibilidad.
Este lugar, ubicado entre los departamentos del Valle del Cauca y Tolima, ha vivido un tránsito de la violencia, un fenómeno que sufrió durante muchas décadas, convirtiéndose en un complejo ecológico de paramos, siendo apoyado por el “Proyecto Páramos: Biodiversidad y Recursos Hídricos en los Andes del Norte”, proyecto que es financiado por la Unión Europea.
Gaby Serrano, habitante de la vereda La Nevera, del municipio de Palmira cuenta que en su vereda ya conocían como trabajaba la guerrilla y que se llegaron a acostumbrar a cosas como las “vacunas”, pero eso cambió cuando llegaron los paramilitares que llegaron matando, esa situación los obligó a salir de sus hogares y abandonar lo que con años trabajo habían hecho.
Esta zona era un territorio militar estratégico por sus características adecuadas, como por ejemplo estaba rodeado de corredores de paso y movilidad entre las partes altas de las montañas, como táctica para controlar el movimiento de los demás grupos.
Después de 19 años fuera, algunas familias poco a poco fueron regresando, a veces hacían una visita por semana, organizando grupos y se dividían para que mientras unos hacían guardia, otros podían revisar los terrenos, comenzaron a irse junto y a quedarse, pagando los fletes entre 4 o 5 finqueros.
El proyecto inicio con varias estrategias, como la siembra de árboles en el sector, pero muchos de estos se quemaron debido a que era una especie de tierra caliente, y como para la comunidad era muy difícil ver un ser vivió morir, propusieron la idea de crear un huerto, huerto que duró poco tiempo.
La comunidad siguió tocando puertas, hasta dar con una reunión con uno secretario de la UE que estaba visitando la región, presentaron todo lo creado, quedó encantado con el páramo e incluyó el sector en el proyecto de viveros que iban a desarrollar con el Instituto Humboldt
Este complejo está conformado por 192.000 hectáreas, algunas de ellas fueron declaradas como parque nacional natural en el año 1997, También es el hogar de 300 especies de flora, 169 de aves y trece de mamíferos
Hasta el momento se han recuperado y aislado alrededor de 215 hectáreas en el Valle del Cauca y se está a la espera de la restauración de otras 120 en el departamento del Tolima.
Esta historia, es la prueba de los avances que hay en el país a nivel rural y cultural desde la firma de los acuerdos de paz el 26 de septiembre de 2016, puesto que como este hay muchos territorios que iniciaron estos procesos de restauración ecológica, reconversión productiva, iniciativas de negocios verdes y proyectos de turismo de naturaleza.
Tomado de: El espectador
